Genocidio en primera persona

Se señala el 24 de abril de 1915 como la fecha de inicio del Gran Crimen o Genocidio Armenio, cuando cerca de dos millones de civiles fueron asesinados por orden del Gobierno turco. En un clima de disputas territoriales violentas que enarbolaban los nacionalismos –panturquismo, paneslavismo, pangermanismo, latinidad y otros similares, como sustento ideológico de la hegemonía de unos países contra las lícitas vindicaciones territoriales y culturales de otros pueblos– la justificación para el genocidio armenio fue que estos eran enemigos de los turcos y colaboraban con los rusos, en el contexto de alianzas de la Primera Guerra Mundial. Y a lo anterior se agregó un elemento religioso: se obligó a los cristianos armenios a abjurar de su fe y convertirse al Islam.

Uno de los más tempranos testimonios acerca de estos hechos fue el relato de una sobreviviente, Aurora Mardiganián (1901–1994), publicado inicialmente en 1918 con el título de Armenia arrasada. De esa época data también el film que se rodó en California, y del cual se conservan solo algunas imágenes. Inmediatamente traducido al castellano por J. R. López Seña, el testimonio de Aurora pudo tener mayor alcance y fue la revelación de una niña que milagrosamente sobrevivió a las matanzas que acabaron con su familia delante de sus propios ojos. Golpeada, torturada, violada y esclavizada, logró resistir y llegar, en un largo y espeluznante deambular, hasta quienes lograron protegerla y enviarla, como testigo del horror vivido, a Estados Unidos, donde finalmente pudo dar su testimonio.

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