Aurora Mardiganian, nacida como Arshaluys Martikian en 1901, era una estudiante prometedora y violinista cuando el genocidio en 1915 comenzó a desarrollarse. Vio el asesinato de su padre y de un hermano y fue forzada, junto con su madre y sus hermanas, a unirse a la caravana de la deportación masiva de mujeres armenias a los desiertos de Siria.
Arshaluys fue vendida por el equivalente a 85 centavos de dólar al harén de un líder tribal.
Se escapó. Después de una caminata de 18 meses sobre las montañas de Dersim, escondiéndose en cuevas y bosques, viviendo de la vegetación y de las raíces, llegó descalza y padeciendo hambre a Erzerum, ocupada por los rusos, donde fue atendida por los misioneros norteamericanos.